Según los últimos informes llevados a cabo por la ONU, España es el país europeo en el que más prostitución se consume. De hecho, gracias a portales como www.valenciaxx.com los españoles casi doblan en sus incursiones con amantes profesionales al resto de europeos, siendo seguidos por los austríacos, pero a mucha distancia. 4 de cada 10 hombres reconocen haber estado al menos una vez con una amante profesional, y miles de ellos acuden a este tipo de servicios de forma recurrente. Razones hay muchas para hacerlo, aunque está claro que el placer carnal es la más importante de ellas. Las profesionales del sexo ofrecen precisamente esos servicios más ardientes y morbosos, para satisfacer los deseos de sus clientes. Ellos pueden estar solteros o incluso casados, teniendo pareja, pero acudir igualmente a estas chicas en busca de algo distinto y especial, algo que sus chicas no pueden darles. La pasión estará siempre a flor de piel en estos encuentros, y el objetivo de la chica es que el cliente salga cien por cien satisfecho, pero para ello, debe conseguir ser muy completa.

Y no nos referimos solo a contar con un inmenso repertorio de servicios sexuales, sino también con otro tipo de habilidades que vayan más allá de las puramente carnales. Las escorts, hoy en día, debe actualizarse y perfeccionar sus servicios, los más intensos y apasionados, y también los más relajantes y cariñosos, porque estos últimos también cuentan. Muchos piensan que lo único que debe hacer una amante sexual es satisfacer a los hombres en sus deseos más pecaminosos. Sin embargo, hay también muchos clientes que acuden a estas chicas no solo en busca de sexo, sino también de compañía, de cariño e incluso de comprensión. Esta imagen chirría con esa visión totalmente desaforada de entender el sexo como el único objetivo en un encuentro de este tipo, con el cliente casi forzando a la chica. Habrá situaciones así, pero también otras muchas en las que el hombre va buscando la compañía por encima de todo lo demás. Y eso significa que no solo tiene que ver con el sexo y el vicio, sino con un sentimiento mucho más acogedor: el de sentirse escuchado y tenido en cuenta. Por eso hoy queremos hablar de todos los demás servicios que una escort ofrece, más allá del sexo.

Un oficio muy antiguo

Siempre suele decirse que la prostitución es el oficio más antiguo del mundo, como manera de enfatizar el hecho de que siempre ha habido hombres capaces de pagar por tener sexo. Si bien esto no es cierto del todo, porque habrá ocupaciones anteriores que eran imprescindibles para la supervivencia, tampoco hay dudas de que estas profesionales llevan mucho tiempo ofreciendo sus servicios. Era una manera de conseguir lo que necesitaban, primero a través del trueque y  luego a través del dinero. El oficio de amante profesional se centraba ya desde el principio en el sexo, pero también tenía ese punto más especial, el de la compañía y el cariño, necesidades que también los hombres tienen. A lo largo de los siglos, el oficio ha ido evolucionando conforme lo hacían los tiempos, pero la esencia se ha mantenido tal cual.

Placer, pero también compañía

En estos tiempos, son muchas las mujeres que siguen dedicándose profesionalmente al sexo de pago, aunque en la mayoría de países este trabajo no está reconocido. El debate sobre la regularización del placer sexual como oficio está más en boga que nunca, pero divide incluso a las propias prostitutas, que no tienen claro si sería para mejor o para peor. Estas chicas han aprendido a vivir al margen, a llevar a cabo sus servicios por su cuenta, con todo lo que eso significa. Acostumbradas a estar con muchos clientes cada día, las escorts deben adaptarse a lo que cada uno de ellos necesite, y hacerle sentir que solo  piensa en él, al menos durante el tiempo que dura el servicio. Muchos vienen buscando servicios usuales como la penetración, el sexo oral o las posturas, pero también están los que prefieren dedicar su tiempo a la simple compañía.

Son esas historias que siempre sorprenden al hablar con prostitutas. Ellas reconocen que muchos hombres, especialmente los más mayores, van en su busca solo para tener compañía, una chica que les haga cariñitos, les escuche y les comprenda. Más allá del aspecto sexual, la reconfortante conexión que una amante nos ofrece a través de la compañía es lo que nos permitirá disfrutar de un rato inolvidable con ella. Al final, uno no está pagando en realidad por tener sexo, sino por pasar un rato íntimo con esa chica. Y ellas mismas reconocen que hay citas en las que no tienen sexo, ni siquiera se desnudan, pero son más devastadoras que las “normales”, porque hay un torrente de emociones en juego. Las amantes, igualmente, deben estar preparadas para este tipo de encuentros, y ser, además de sensuales y muy viciosas, también comprensivas y cariñosas.

Masajes relajantes

Muchas amantes profesionales han entendido que para llegar lejos en este negocio, lo mejor era lograr especializarse en algún tipo de servicio especial. Muchas escogieron el sexo extremo a través del BDSM, para otras fue perfeccionar el francés natural… Pero la mayoría entendió que el camino eran lo masajes relajantes, habitualmente con final feliz, pero también simplemente con las caricias. Este tipo de servicios se podrían entender a medio camino entre lo sexual y lo más íntimo, pero es cierto que sin el final feliz, la connotación sexual se queda solo en los tocamientos por el resto del cuerpo. Las chicas suelen dar cursos especializados en masajes, tanto terapéuticos como eróticos, y los utilizan luego como gancho para que el cliente quede no solo satisfecho, sino también ajeno a los problemas y preocupaciones.

Es uno de esos servicios especiales que muchas llevan a cabo y que, de hecho, no tiene porqué terminar en sexo propiamente dicho. Un buen masaje con aceite corporal, con velas aromáticas y una música tranquila, en un sitio discreto donde uno pueda evadirse de todo, puede llegar a ser incluso más efectivo que el típico polvo rápido que estas chicas ofrecen. Porque habrá momento en  los que estemos deseando disfrutar del sexo al cien por cien y llegar mucho más lejos en la pasión, cumpliendo nuestras fantasías. Pero también habrá otros momentos en los que lo único que deseamos es quedarnos tranquilos y dejar atrás todo lo que nos pueda molestar. Nada mejor que un masaje relajante, de manos de una chica preciosa que nos excite a la vez que nos relaja.

Una experiencia completa

Como decíamos arriba, una buena amante profesional debe estar preparada absolutamente para cualquier servicio que tenga que llevar a cabo con sus clientes. Y en esto no nos quedamos solo con lo habitual, el sexo y el coito, sino también con la pasión entendida a través del cariño, la complicidad y la compañía. A veces, una chica solo necesita escuchar al cliente. En otras ocasiones, este momento llegará justo después del servicio, y debe ser lo suficientemente empática como para entender que ese hombre necesita un poco de compañía. La experiencia ha de ser completa y no centrarse solamente en el aspecto sexual, sino generar esa confianza, para que el cliente pueda sentirse como en casa.