Autora: diana
Fecha: 7 octubre, 2021
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La visibilidad de las mujeres trans se está haciendo cada vez más importante, gracias entre otras cosas a la nueva mirada que las generaciones más jóvenes tienen sobre este tema. Las mujeres trans ya no son vistas como “bichos raros”, sino como mujeres que han nacido con el cuerpo equivocado, y por supuesto, merecen todo el resto del mundo. La identidad de género es un tema que todavía provoca muchas disputas y discusiones, pero poco a poco, la libertad de elección se abre camino. Una mujer puede operarse para adecuar su cuerpo a su identidad, y muchas de ellas lo hacen de forma completa. Peor también hay otras que sencillamente se operan los pechos, o directamente se travisten, manteniendo sus genitales masculinos. Y hay hombres a los que eso les pone tremendamente cachondos, aunque muchos no logren entenderlo.

El ejemplo claro lo tenemos en esas chicas trans que ofrecen sus servicios como escorts, y que tienen una gran clientela fija de hombres de todo tipo. Desde jóvenes principiantes hasta maduros que están incluso casados. Chicos gais y curiosos, pero la mayoría heterosexuales, los clientes de estas escorts buscan algo especial en ella, la combinación de unas curvas sugerentes y la belleza femenina con una gran dotación entre las piernas. No es algo depravado ni sucio, ni tampoco tiene que ver con un fetiche. Tal vez estos hombres sean bisexuales, o simplemente se sientan atraídos por la posibilidad de probar a una mujer que tenga pene. El caso es que la demanda de escorts trans es cada vez mayor, especialmente en las grandes ciudades, y son muchos los que quieren probar con una de ellas, para disfrutar de la experiencia. En este artículo te vamos a dar algunos consejos y claves para disfrutar de ese encuentro, siempre desde el respeto a la otra persona y siendo conscientes de los deseos que tenemos. Será algo excitante, sin duda, así que debes tratar de disfrutarlo al máximo.

Una experiencia llena de morbo

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El morbo suele ser la chispa que enciende el deseo. Ese punto de inflexión a partir del cuál nos dejamos llevar por la pasión hacia otra persona, porque hay algún detalle en ella que nos gusta. Pueden ser sus ojos, sus curvas, o en este caso, la combinación del cuerpo femenino y los genitales masculinos. El hecho de que estar con una chica trans sea algo también medio “prohibido” añade un poco más de morbo si cabe a esta maravillosa experiencia. No a todos los chicos les gusta esto, y muchos incluso se incomodan ante la opción de disfrutar con una mujer con pene. Sin embargo, cuando abres tu mente y descubres que se trata simplemente de gozar, de pasar un rato excitante y divertido, todo lo demás se vuelve secundario.

El sexo con una chica trans

Sentir atracción por una chica trans es algo totalmente natural, tanto como sentirla por un hombre o una mujer que no hayan cambiado de sexo. A cualquier hombre le puede atraer el probar un rato de pasión con una chica con pene, por el morbo que eso conlleva, por ser algo diferente y ofrecernos la opción de probar cosas nuevas y alejadas de la rutina. Y eso no significa que seas gay o que tengas tendencias homosexuales, algo que, por otra parte, también es natural y  no debería alarmarte en absoluto. Simplemente eres un chico con ganas de probar cosas diferentes. Da igual si eres hetero, bi o gay, si te gustan las chicas trans no debes frenarte a la hora de disfrutar con alguna. Y siempre puedes acudir a profesionales, ya que como apuntábamos arriba, cada vez son más las que ofrecen sus servicios.

Pagar por tener sexo con una amante trans puede llegar a ser una experiencia increíble si consigues quitarte de encima los nervios y los tabúes que puedas tener. El sexo con una amante trans es muy diferente, pero también es cierto que hay muchos servicios que pueden ser tremendamente parecidos a los de una escort femenina. Por ejemplo, las felaciones, los masajes o incluso el sexo anal, son servicios que puedes llevar a cabo tanto con unas como con otras. Las chicas trans ofrecen, por supuesto, esos servicios también como parte pasiva, algo que el resto de mujeres no pueden hacer. Es la gran ventaja de una amante trans, que puede tener ambos papeles a la hora de implicarse con un cliente. Suelen ser, además, amantes muy cariñosas y experimentadas, capaces de conseguir que nos relajemos cuando sea nuestra primera vez, para que los nervios no nos traicionen.

¿Es tan diferente a acostarse con una mujer?

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Evidentemente, estar con una chica trans es bastante diferente a estar con una mujer, aunque no tanto como muchos se imaginan. De hecho, si optamos por ser nosotros la parte activa en la relación sexual, será a todos los efectos como estar con una escort femenina. Las curvas, la belleza, la sensualidad, la delicadeza… Todo será como una experiencia conocida, aunque con el morbo de saber que esa chica tiene un buen paquete entre las piernas. La diferencia más notable se da cuando preferimos ser la parte pasiva, y podemos disfrutar jugando, saboreando y gozando con la dotación de la chica trans. Esto es algo que no podemos hacer con ninguna mujer, así que será una experiencia totalmente distinta, y por ello, también muy recomendable. Al final será el cliente el que decida hasta dónde quiere llegar en este sentido.

Ser infiel con una chica trans

Muchos hombres confiesan que han disfrutado de los placeres de estar con una chica trans, ya sea amateur o escort profesional, y no sienten que hayan sido infieles a sus parejas. De hecho, la infidelidad en muchas ocasiones va ligada a tener una relación sexual con penetración, algo que no siempre ocurre con estas chicas. Y de ocurrir, sería sexo anal, e incluso podríamos ser nosotros los que lo recibiéramos, en lugar de darlo. Para algunos hombres, estar con una chica trans es como una especie de “vacío legal” en cuestión de infidelidades, algo bastante discutible, por supuesto. Estar con otra persona y tener sexo con ella, da igual del sexo que sea o lo que tenga entre las piernas, siempre puede ser una traición a tu pareja actual, si se lo ocultas, por ejemplo. Aun así, son muchos los chicos gais, por ejemplo, que no consideran que les hayan sido infieles a sus parejas solo por estar con una amante trans, al ser algo “diferente”.

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